Las Bienaventuranzas de la Virgen María


El día 17 de noviembre de 2012, la Madre Divina nos dictó Sus Bienaventuranzas Celestiales, para que las contemplemos y guardemos como la aspiración de Su Corazón de Madre para toda la humanidad. Ella dijo:
 

"Queridos hijos: Llenos de gozo y alegría, y sin perder la esperanza y el regocijo de estar dentro de Mi Inmaculado Corazón, hoy les anuncio que Dios me envía hacia ustedes y a estar entre todas las almas, para bendecirlos y prepararlos en nombre de Mi Hijo Jesús para los tiempos que llegarán.

Por eso, queridos hijos, que vuestros seres no se cansen de orar desde el corazón, de rezar por la conversión del mundo. Como en Medjugorje, Mi Corazón Inmaculado llega a ustedes para demostrarles el Amor de Dios y el Poder de Su Divina Misericordia, tan necesaria para la vida de todos Mis hijos en el mundo.

Este pedido del Altísimo tiene un fin espiritual y universal, por eso queridos hijos, que vuestras consciencias sepan que estarán delante de Mis Bienaventuranzas Celestiales, las cuales hoy en nombre del Amor de Dios les dictaré, para que las contemplen como una aspiración de Mi Corazón de Madre por toda la humanidad, la que está cansada, debilitada y con poca fe.

Si ustedes, en nombre de todos Mis hijos, contemplan estas intenciones de Mi Inmaculado Corazón, ayudarán en la conversión y en la redención de la humanidad".

 

Las Bienaventuranzas de la Virgen María
 

Primera Bienaventuranza de la Virgen María:
“Ser pacificadores en la Tierra, como los Ángeles lo son en el Cielo”.

Segunda Bienaventuranza de la Virgen María:
“Vivir y predicar el Reino de la Paz desde el corazón”.

Tercera Bienaventuranza de la Virgen María:
“Dejarse inundar por la Fuente del Espíritu Santo a través de la oración”.

Cuarta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Alzar los brazos hacia Cristo Jesús, a través del Materno Corazón de María”.

Quinta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Difundir la expresión de los nuevos rebaños de Cristo, a través de los grupos de oración”.

Sexta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Amar al enemigo mediante la oración, para que así la Paz se alcance en toda la humanidad”.

Séptima Bienaventuranza de la Virgen María:
“Permitir que el alma brote, como un manantial de Vida Eterna”.

 

 

"Queridos hijos, queda para vuestros corazones la tarea de meditar y contemplar estos principios maternales. En Mis brazos los llevo hacia el encuentro con Cristo Jesús".

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad